–¡Cállate!-me dices, no precisamente lo hiciste del modo en que lo percibí, pero lo hiciste.
Me sorprendió y me afectó; ¿realmente me merezco esto, un -cállate-? Ésto es lo mínimo, a mi parecer. Todo, tu confianza, partiendo de un "algo" que nos involucraba, tu amistad, proveniente a raíz del mismo hecho. Pero como cosa rara, mis extremistas decisiones me llevaron a querer sustituir el "amor no correspondido" -del que tanto hablo- contigo, pero no fue suficiente un "me importas mucho.." de tu parte, sí no era verdaderamente sentido. A pesar de todo, aún tu mirada me resulta incómoda, tus ojos marrones, tu mirada penetrante me hace pensar en algo que no es posible...
Me responsabilizo de mis actos, la forma en que actúo, pero son mis reacciones frente a situaciones de las que me siento totalmente ajeno... ¿Qué se supone que deba hacer?
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